lunes, 5 de octubre de 2015

LA PERIODISTA MARTA BARROSO PRESENTA SU PRIMERA NOVELA A LA MADURA DIOS NO LA AYUDA

©Dolores de Lara

Ayer lunes, 5 de octubre, a las 19.30 horas, en el Auditorio de Cuatrecasas Gonçalves Pereira de Madrid junto a Bieito Rubido y Bertín Osborne

LA PERIODISTA MARTA BARROSO

PRESENTÓ SU PRIMERA NOVELA

 A LA MADURA

DIOS NO LA AYUDA

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Nota de prensa

 Fotografía: ©Dolores de Lara

La periodista Marta Barroso, que desarrolló su carrera profesional durante tres décadas en ABC –como columnista en los últimos años–, presentará su primera novela A la madura Dios no la ayuda ayer lunes, 5 de octubre, a las 19.30 horas, en el Auditorio de Cuatrecasas Gonçalves Pereira de Madrid (Almagro, 9), en un acto en el que también intervendrán Fernando Torrente Garcia de la Mata, socio de Cuatrecasas Gonçalves Pereira; Bieito Rubido, director de ABC, y Bertín Osborne, cantante y presentador.

El libro, publicado por La Esfera, es una delirante narración de una cincuentañera superada que va desgranando su existencia ―el marido, los hijos, su madre, las amigas, la casa, el trabajo…― y, sobre todo, su convivencia con Él, en una sucesión de escenas hilarantes, tiernas, dramáticas a veces pero siempre reales.

«Todavía no me creo lo que he hecho. Me he ido. Sí, me he ido de casa. Después de amenazar a mi familia cientos de miles de veces hoy por fin les he abandonado. Convencida o no, no pienso volver a ese hogar en el que he pasado más de veinte años de mi vida. Sí, soy una mujer de alta mediana edad, casada y con hijos. Típica entre las típicas y harta entre las hartas. De todo. Ahora mismo de todo. Aunque sienta el corazón encogido y el estómago como un puño». Así comienza Marta Barroso una novela en la que su protagonista acaba descubriendo los motivos que le han llevado a dar un portazo quizá sin vuelta atrás en su «matrimonio».

«Me presento como lo que soy. A mí misma. Una mujer de mediana (¿mediana?) edad, trabajadora por partida doble (¿o se dice infinita?) al desempeñar ―hasta hace dos días― mi labor laboral en casa y fuera de ella. Lo que viene siendo una multiusos. Yo sí que no tengo fronteras. Ni límites. Casada, con dos hijos “adorablemente” posadolescentes, madre, hermanos y un largo etcétera de amigos. O sea, una mujer de esas que a la gente le encanta definir como actual, moderna, acorde a la época que le ha tocado vivir. Y que yo defino como la típica, tipiquísima mujer, permanentemente al borde de un ataque de nervios. Vamos que mi sola presencia estresa. Pero es que esto no es fácil. No, no, no. Lo sabemos todas. Eso de conciliar vida familiar y trabajo es pura utopía. Máxime cuando una se encuentra metida de lleno en esa década de los cincuenta, que tantos se empeñan en llamar “los nuevos cuarenta”. Y de eso nada. Monada. Ya me gustaría a mí encontrarme como me encontraba entonces. Por dentro y por fuera. Que esto tiene mucho juego. La mediana edad. ¿Qué es eso de mediana edad? ¿Por qué tanto empeño en calificarla de esta manera? Ni lo entiendo ahora ni creo que logre entenderlo nunca. ¿Cómo si no he llegado hasta aquí?»

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