miércoles, 13 de noviembre de 2013

RELIQUIA DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS EN VENEZUELA

En compañía de mi madre ante la Reliquia de Santa Teresita del Niño Jesús. 1 de noviembre de 2013. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Por: Rafael Dupouy Gómez

©Dolores de Lara

Con profunda fe cristiana, emoción y devoción pude presenciar la Reliquia de Santa Teresita del Niño Jesús que se encuentra peregrinando, por primera vez en Venezuela, desde el 28 de octubre de 2013 hasta el 28 de enero de 2014.

Esta pequeña gran Santa prometió en vida: “pasar su cielo haciendo el bien en la tierra”. El 2 de enero de 1873, nació Santa Teresita en Aleçon (Francia), siendo bautizada dos días después en la iglesia de Notre Dame, recibiendo los nombres de María Francisca Teresa.

Sus padres, Luis Martín y Celia Guérin, fueron cónyuges santos y su hogar representó una auténtica escuela de santidad. El 19 de octubre de 2009, fueron beatificados por Su Santidad Benedicto XVI el día que coincidió con la Jornada Mundial de las Misiones. Santa Teresita, fue la menor de nueve hermanos. Habían fallecido dos hermanos y dos hermanas, quedando cinco hermanas, todas ellas eligieron la vocación religiosa, de amor a Dios y al prójimo, con humildad.

Su madre, fue muy especial para ella pero, lamentablemente, falleció de cáncer, el 28 de agosto de 1877, cuando Teresita contaba cuatro años de edad. Esa triste experiencia marcó su vida. Su padre se dedicó en cuerpo y alma a sus hijas. El 8 de mayo de 1884, Teresita recibió a Jesús durante la Eucaristía. El 9 de abril de 1888, a la edad de 15 años, ingresó en El Carmelo en Lisieux (Francia). Le gustaba mucho la lectura, profundizó los escritos de San Juan de la Cruz y conoció la obra de la Santa Madre Teresa de Ávila. Sus pensamientos, oraciones y escritos están admirablemente bien logrados, llenos de un profundo amor a Dios.

Con gran entereza y serenidad llevó su enfermedad (tuberculosis) durante 18 meses. El 30 de septiembre de 1897, a las 3:00 p.m., expresó con fuerza: “No me arrepiento de haberme entregado al amor”. A las 7:30 p.m., mirando profundamente el crucifijo que tenía entre sus manos, exclamó sus últimas palabras antes de expirar: “¡Oh!... ¡Le amo!... ¡Dios mío…te amo!”, murió a los 24 años de edad. Sus restos se encuentran en la Capilla del Carmelo en Lisieux (Francia).

A Santa Teresita le encantaban las rosas y conociendo la gravedad de su enfermedad, expresaba: "Después de mi muerte, haré caer una lluvia de rosas", es decir, que proporcionaría una lluvia de bendiciones, favores y beneficios, para que las personas amaran más a Dios.

Su Santidad Pío XI la beatificó en 1923 y la canonizó en 1925. En el año 1927 fue proclamada Patrona de las Misiones junto al jesuita San Francisco Javier. Su Santidad Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia Universal, el 19 de octubre de 1997.

Edificada en su honor, la Basílica de Santa Teresa, en Lisieux, es uno de los edificios religiosos más grandes de Francia y el segundo lugar de peregrinación más importante del país, después del Santuario de Lourdes.

La Reliquia peregrinará por muchas iglesias de Caracas y del interior del país, como era su deseo de difundir la fe por el mundo.

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