domingo, 17 de octubre de 2010

Zaragoza: Partido de Resina, toros para toreros / Por Juan Lamarca

Primer toro de Parido de Resina ovacionado de salida y al arrastre
Foto / Burladero.com
.
.
Por Juan Lamarca

Domingo, 17 de Octubre de 2010
Ayer en el coso de la Misericordia nadie se acordaba de la ministra ni del ministro, bueno algunos sí, y de su familia también, quizás los pobrecitos del exilio catalán, los que tienen que ir peregrinando de plaza en plaza porque en una parte del territorio español han perpetrado otra fechoría como es la de prohibir los toros. Y los vieron, vaya si los vieron, toros como Dios manda, los antiguos pabloromeros que siguen pastando donde solían, en su Partido de Resina, bajo el mimo de un mayoral dinástico como Manolo Muñoz, el veterinario José Luis Algora, y el celoso empeño de la familia ganadera titular a la que únicamente los buenos aficionados agradecerán el esfuerzo empleado para la conservación de un patrimonio genético único de la cabaña brava.

En esta hora del acoso y derribo de la fiesta brava, cuando el apoyo y valoración del toro encastado e íntegro –sin los cuernos cortados, vamos-, es más necesario por suponer un puntal fundamental para lo esencial de la buena lidia y de la pervivencia de la corrida, es cuando vuelven a escarbar los conocidos pesebreros y matildonas, -el tiempo no pasa por las matildes-, en alianzas cibernéticas entre iletrados mostrencos sebosos, tocados con la guinda roja, naturalmente, de mundanos engañalosas víctimas de la carcoma moral inmersa en la nostalgia chekista.

En Zaragoza nadie reivindicó eso de los toros a cultura, los toros estaban allí hermosos, con cuajo y arboladura, con exuberante trapío, y los toreros….¡en toreros! frente a ellos sin chillar eso de ¡ya somos artistas! y no precisamente como Cúchares.

Fue la de Partido de Resina una corrida desbordante de romana, seria y desigual de hechuras aunque en el tipo de la casa, pero cuatro ejemplares fueron aplaudidos a la salida de chiqueros; seis toros de comportamiento distinto pero otros tres ovacionados en el arrastre. Allí no se aburrió nadie, allí no se vieron embestidas dóciles y previsibles de toros artistas, ni los espadas tuvieron tiempo para soñar el toreo; únicamente tenían que enfrentarse al TORO, al bueno, al malo y al regular, pero haciendo honor al nombre que lleva su profesión, cuya sola invocación despertaba el asombro y respeto de todos ¡TORERO! Si Luis Miguel le hubiera dicho a Ava ¡soy artista….! a lo mejor no se hubiera comido ni una rosca.

Pues nada, que no hay quien pueda con esta localizada piara del puchero tomatero, relojero y otras hierbas, y hay que arremeter contra toda ganadería digna enjuiciándola con los mismos parámetros que aquellas otras que son un sucedáneo del toro de lidia, que están echando a los públicos de las plazas, y arruinando el espectáculo de la corrida.

Difícil habrá sido ver en toda la temporada española un toro como el primer pabloromero. Su monumental y bella estampa irrumpió sobre el albero como un estallido luminoso que recorrió el albero mostrándose orgulloso ante la ovación del público agradecido.
Acudió pronto a los capotes y Juan José Padilla lo aprovechó por ambos lados con repetidos lances a la verónica. En banderillas galopó al encuentro del jerezano persiguiéndolo hasta que tomaba el olivo. Tampoco estos bichos reciben la misma lidia que los toreros artistas aplican a los toros artistas. Ayer como los toros no “dejaban estar” y los diestros no estaban “mu agusto”, pues había que salvar el pellejo frente a su imponente fachada. Así que la lidia de este primero y casi todos los demás en el primer tercio discurrió desmesurada y a la defensiva.

Al Ciclón de Jerez se le va notando su larga y dura batalla frente al toro. Su tesón frente a la bravura de este gran ejemplar no fructificó ante la extraordinaria embestida a la muleta, especialmente sobre el pitón izquierdo que fue de taco. En el otro de su lote, cuarto de la tarde, de semejante trapío aunque con menos cara, anduvo afanoso con un toro a menos.

El lote se lo llevó el local Alberto Álvarez. El segundo de la tarde, paletón de cuerna, mostró su alegre tranco de salida y con su prontitud a los capotes afloraba ya su condición de toro bravo que mantuvo hasta su muerte. Muchos pases se llevó de este burel, con repetidas series por ambas manos bien ligadas por el de Ejea de los Caballeros, y con los consiguientes altibajos de este valiente mañico con la ilusión tan inmensa como escaso es su bagaje, y así no pudo redondear.

En el quinto la emoción subió de tono con otro bravo partidoderesina, espectacular en varas y al que le dieron de lo lindo –como a toda la corrida-. La entrega y el valor de Álvarez no consiguió, ayuno de técnica apropiada, conducir limpias las embestidas de este encastado contrincante que fue desarrollando brusquedad y peligro, pero ahí estuvo la pelea emocionante entre la gallardía de un torero con limitaciones y la fiereza de un toro. Los paisanos, agradecidos por el arrojo del espada ante lo que tenía delante, le premiaron con una oreja. Ni torito artista, ni torero artista, sino un hombre y un toro frente a frente.

La suerte no estuvo de lado de Iván Fandiño, y su lote deslucido poco aportó para el lucimiento del torero vasco. El tercero con poca fuerza, corta y geniuda embestida desatendía una y otra vez los toques de la franela, y el sexto, el de menos presencia de la corrida que para sí quisiera algunos de los célebres indultados, rebrincao y sin pasar, sobre todo acusando el violento testarazo que propinó en banderillas a un burladero, y del que no se repuso. En ambos la emoción no falto por la decidida porfía de Fandiño.

El público salió contento, los de Barcelona no perdieron el viaje, ni tampoco los aficionados de otros puntos de España que acuden puntuales a estas citas con el toro, y si es en Zaragoza pues mucho mejor, ya que así pueden cumplir con otra cita obligada para orar a la Virgen del Pilar por la Fiesta y por España…..que falta les hace el manto protector de Nuestra Señora.


Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza
Feria del Pilar 2010

Toros de Partido de Resina
Juan José Padilla,
ovación y silencio tras un aviso
Alberto Álvarez,
oreja tras un aviso y saludos
I
ván Fandiño,

saludos y silencio

No hay comentarios :

Publicar un comentario